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EL CARDENAL CISNEROS.

XLVI.

La toma de Orán, ó significa bien poca cosa, ó era, como nosotros creemos, el brillante principio de la dominación española en la región feracísima del Norte de África, en la región que se llama el Tell, tan abundante en mieses, tan fértil en toda clase de productos, y que á bien poca costa podia convertirse en un granero inagotable. De entonces hubiera podido empezar la colonización española de aquellos paises, á la manera que lo está haciendo la Francia desde 1830, después de la toma de Argel, con una diferencia esencialísima á nuestro favor, y es que la raza española tiene grandes afinidades con la raza africana, que la hacen el mejor fundente de colonización para ella, de tal manera que hoy mismo, en la Argelia, hay millares de compatriotas nuestros que son los intermediarios entre los conquistados y los conquistadores.

Esa era la idea grande y fecunda de Cisneros. Por eso se preocupaba tanto de dar reglas para la colonización. Por eso quería que Orán y Mers-el-Kebir quedasen bajo de una sola mano para el gobierno. Por eso adjudicaba tierras á los nuevos pobladores y tierras para el común. Por eso trabajó tanto y tanto para que vinieran á la conquista, ó fueran después para mantenerla, los caballeros de la Orden de Santiago, que serian en Orán lo que los hospitalarios en Rodas. Don Fernando aplaudia estos generosos pensamientos, Cárlos V también, y no podian menos, porque asi se abrían mercados al comercio de España, centros de producción á nuestra riqueza, nos convertíamos en el antemural de la cristiandad contra los Turcos, civilizábamos en nombre del Evangelio las regiones