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I
Juan, XIV, 19
o me verá dentro de poco el mundo,
mas sí vosotros me veréis, pues vivo
y viviréis» - dijiste; y ve; te prenden
los ojos de la fe en lo más recóndito
del alma, y por virtud del arte en forma
te creamos visible. Vara mágica
nos fué el pincel de Don Diego Rodríguez
de Silva Velázquez. Por ella en carne
te vemos hoy. Eres el Hombre eterno
que nos hace hombres nuevos. Es tu muerte
parto. Volaste al cielo a que viniera,
consolador, a nos el Santo Espíritu,
ánimo de tu grey, que obra en el arte
y tu visión nos trajo. Aquí encarnada
en este verbo silencioso y blanco
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