EL DILETTANTISMO SENTIMENTAL[1]
Francia, en el siglo XVI, no apreció en su verdadero valor a uno de sus más grandes escritores, a Montaigne, porque él, en los "Essais", colocó bajo plena luz, bajo cruda luz, su yo intelectual y su yomoral. Y en el siglo que viera nacer a Shakespeare y a Cervantes, y, más aun,, en el siglo del Rey Sol, el culto del yo era algo que había que ocultar cuidadosamente, como se oculta una falta que avergüenza.
La literatura clásica, razonadora, abstracta, quedó herida de muerte cuando Juan Jacobo opuso el sentimiento a la razón, el amor—pasión a la galantería, la personalidad del autor al personaje abstractoel lirismo descriptivo al estilo claro y frío que revestía la idea pura.
Con Chateaubriand, con el "gran romántico", triunfa el culto de un yo, yo pesimista, triste, hastiado, sintetizado en "El hijo del siglo", de Musset.
- ↑ Ensayo póstumo, publicado en la "Revista de Filosofia" (Mayo de 1917) con la siguiente nota de su director: "Entre otros muchos escritos inéditos de Raquel Camaña que merecen publicarse, damos la preferencia al presente, escrito en 1908, como trabajo monográfico del curso de psicología, en la Universidad; el tema le fué señalado por su profesor, que hoy publica el trabajo sin otra alteración que el cambio de título, pues en su tiempo ile vaba el de "Psicología de El Discípulo, de Paul Bourget". El manuscrito, que nos ha entregado gentilmente su familia, es, sin duda, una nueva redacción de la autora, de fecha poco anterior a su muerte".