Lope de Vega decía, con razón, que "a muchos ha llevado la novedad a este género de poesía y no se han engañado, pues, en el estilo antiguo, en su vida llegaran a ser poetas, y, en el moderno, lo son en el mismo día; porque con aquellas trasposiciones cuatro preceptos y seis voces latinas o frases enfáticas, se hallan levantados a donde ellos mismos no se conocen ni aun sé si se entienden".
¡No podérseles aplicar hoy en día esta pragmática de Apolo inserta en el "Diablo Cojuelo":—Item, que los Poetas más antiguos se repartan por sus turnos a dar limosna a Poetas vergonzosos que pidan de noche y a recoger los que se hallaren enfermos comentando o perdidos en "Las Soledades" de don Luis de Góngora!
¡Y eso que no se conocían algunas "Flores del mal', de Baudelaire! No resisto al deseo de transcribir.
"La sopa y las nubes "Mi adorada locuela me servía la comida, y, por la abierta ventana del comedor, contemplaba yo las movientes arquitecturas que Dios construye con las brumas, los maravillosos palacios de lo impalpable, y decíame, sin abandonar mi contemplación: "Todas estas fantasmagorías son casi tan hermosas como los ojos de mi bella adorada, la locuela monstruosa de verdes ojos".
"De repente recibí un puñetazo en la espalda y cí una voz ronca y encantadora, una voz histérica y como enronquecida por el aguardiente, la voz de mi queridita adorada que me decía: "¿Vas a comer pronto tu sopa, asqueroso C...., mercader de nubes?".