Página:El Diputado Bernardo Ohiggins en el Congreso de 1811.djvu/21

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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 23


Ideario político del joven Bernardo

“Cierra los ojos, duerme, sueña un poco tu único sueño, el único que vuelve hacia tu corazón: una bandera de tres colores en el Sur, cayendo la lluvia, el sol rural sobre tu tierra”.

Pablo Neruda
Canto General.


El joven Bernardo O’Higgins —que había regresado de Europa en 1802— además de acaudalado, era instruido, patriota y secretamente revolucionario, como lo afirmara Benjamín Vicuña Mackenna. Un observador atento lo podría haber descifrado a través de la selección que hizo de amigos que lo acompañaban en sus tiempos de descanso de la labor agrícola.

Eran conocidos por Bernardo los recelos y las aprehensiones que algunas de sus acciones —como la contratación de marineros náufragos ingleses para trabajar en su fundo o la correspondencia que mantenía con el militar argentino Juan Florencio Terrada—causaban en el Intendente de Concepción, Luis de Alava (1795-1810), hasta el punto que al retirarse cada noche a dor mir temía ser despertado por un destacamento de milicianos con la orden de llevarlo a Talcahuano para ser trasladado a los calabozos del Callao o a los de la Inquisición [1].Estas preocupaciones del Intendente se acrecentaron, según el parecer de Juan Mackenna-—en su carta del 20 de febrero de

  1. Archivo Nacional, op. cit., T. I, pp. 62-63