Página:El Diputado Bernardo Ohiggins en el Congreso de 1811.djvu/25

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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 27

Como si las palabras de Francisco de Miranda se constituyeran en un oráculo para Bernardo, invitó también a las reuniones en la casa de Prieto al prior del hospital de San Juan de Dios, fray Rosauro Acuña [1]', y al doctor en derecho Juan Martínez de Rozas que, aunque sobrepasaba los cuarenta años, cumplía con una de las excepciones dentro de los consejos de Miranda: era amigo de la lectura, en particular de los libros prohibidos por la Inquisición.

Juan Martínez de Rozas (1759-1813) había nacido en la ciudad de Mendoza cuando aún pertenecía a la Capitanía General de Chile.

Estudió filosofía y teología en la Universidad de Córdoba y derecho en la Real Universidad de San Felipe. Viajó a Chile con José Antonio Rojas, casado con una de sus sobrinas, hermana de Manuel de Salas. Como abogado reemplazó a Ambrosio ÓHiggins en la Intendencia de Concepción, cargo en que alcanzó gran prestigio y se casó con la hija del principal comerciante y terrateniente de Concepción, José Urrutia y Mendiburu. En 1808 fue llevado a Santiago y sirvió como secretario del presidente Francisco Antonio García Carrasco hasta que fue acusado de haber participado con éste en el cruel apresamiento de la fragata inglesa Scorpion y de salir favorecido económicamente.

En apariencias rechazado por García Carrasco [2] regresó a Concepción en los primeros días de 1809. Es en esta estadía cuando toma contacto con el grupo de la casa de José Antonio Prieto y, luego, comienza a recibirlo en su propia casa: “Es notorio que para la seducción, perdición y ruina de la ciudad y provincia de Concepción —señala un informe de Fr. Juan Ramón, Guardián del Colegio de Naturales de Chillán, sobre las causas de la revolución de Chile—, contribuyó mucho la doctrina impía del doctor Rozas a una partida de jóvenes de distinción de dicha ciudad, que se juntaban en su casa con el objeto de instruirse, y esparcían aquellas semillas entre sus amigos y compañeros” [3].

Claudio Gay, que llegó a Chile en 1828, profundamente interesado por el proceso de génesis de esta nueva nación y como complemento de sus escritos científicos, comenzó a reunir antecedentes y a entrevistarse con testigos de aquél proceso. En su Historia de la independencia de Chile [4], describe de este modo el actuar de Bernardo O’Higgins en ese período:


“El entusiasmo de O’Higgins era tal, que tuvo la paciencia de traducir la constitución inglesa, como también los comentarios que se habían hecho sobre ella, y mandó sacar muchas copias para darlas a sus amigos, que deseaban, tanto como él, que se esparciesen por todas partes aquellos rayos
  1. José Rosauro Acuña perteneció a la Orden de la Buena Muerte y por sus conocimientos de medicina fue nombrado prior del hospital de San Juan de Dios, donde alcanzó gran prestigio y popularidad. Había colaborado con el gober nador Ambrosio O’Higgins en su construcción, en 1791 (Pedrero Leal, Marcial. “Chillán Viejo, llave del reino y cuna de la patria”. Ed . Pencopolitana Ltda., Concepción, 2008, pp. 291-293).
  2. Para Amunátegui Solar, Domingo (“Don Juan Martínez de Rozas”, Sociedad Imprenta y Litografía Universo. Santiago de Chile, 1925, pp. 58 -59) éste fue un ardid entre ambos, ya que continuaron manteniendo buenas relaciones hasta la muerte de Martínez de Rozas, en mayo de 1813. García Carrasco murió en agosto del mismo año.
  3. Gay,op. cit., p. 54 .
  4. Ibíd., p. 57