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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 92

La Junta de Concepción envió un manifiesto a todos los partidos de la Intendencia, refiriendo lo que había sucedido en el Congreso desde su inicio y de cómo todo ello justificaba el movimiento que acababa de operarse. Fue reconocida por todos los pueblos situados al sur del río Maule y en todos ellos se instalaron las juntas locales según lo había acordado el cabildo de Concepción.

Sólo en el partido de Chillán tuvo que participar el coronel de milicias Luis de la Cruz en la for mación de la Junta local, ya que los padres franciscanos del Colegio de Misioneros trataron de poner obstáculos al cumplimiento de los acuerdos de Concepción.

El vecindario de la villa de Los Ángeles, reunido en Cabildo Abierto el 14 de septiembre de 1811, aprobó la dependencia de ese partido respecto a la Junta de Concepción, nombró a los dos vocales de la junta local y renovó la confianza a su representante en la capital:


“se conmovió el pueblo —dice el acta— i espuso abiertamente estar satisfecho a plenitud de la ar reglada conducta i acertado pulso con que se ha manejado su representante en los g raves negocios ocur ridos pertenecientes a su comisión que, siéndole constante los sacrificios y desaires que ha sufrido por sostener los derechos y privilejios de sus constituyentes, sin que hayan podido cor romperlo ni seducirlo las amenazas ni las ofertas personales, le dan las más expresivas gracias por sus virtuosos procedimientos i honor con que se ha conducido, esperando de su integridad, instr ucción, probidad, patriotismo i talentos continuará constantemente ejerciendo sus funciones hasta perfeccionar la obra que principió su celo i noble ambición, de que se halla inflamado, sin otro objeto que el interés general de la patria, lisonjeándose por lo mismo el pueblo de la acertada elección que hicieron en su benemérita persona i el de haber depositado en sus manos la suerte de su posteridad” [1].


Las actas de lo sucedido en Concepción y en Los Ángeles [2] enviadas a Bernardo O’Higgins, en Santiago, sólo le llegaron a fines de octubre. Éste, en su respuesta a la Junta provincial y vecindario de la villa de Los Ángeles, comenta los hechos del 4 de septiembre:


“He tenido la honrosa satisfacción de recibir las actas que en testimonio se han ser vido VV. SS. remitirme sobre los plausibles acontecimientos de Concepción i de esa villa. El activo empeño i sensible interés que siempre he tomado i tomo en la prosperidad i mayor bien de ese honrado pueblo i v ecindario, me impelen a felicitar a VV. SS., no solo por la laudable y patriótica prontitud i unión de esos habitantes, que tan justa i grandiosamente reconocieron la inmortal junta de Concepción como el remedio más eficaz para ocurrir al cáncer político que iba devorando al reino, sino también por la heroica y sabia deter minación de instalar una junta subalterna en esa de Los Ánjeles. Poniendo a su frente sujetos no ménos dignos por sus talentos que por su patriotismo. Tanto la junta de la capital de Penco como la de Los Ángeles, deberán mirarse siempre
  1. Sesiones de los Cuerpos Legislativos, op. cit. Tomo I. pp. 82-85.(sic)
  2. Todos estos documentos fueron encontrados por el historiador Diego Barros Arana en el archivo particular de Bernardo O’Higgins y otros le fueron donados por el hijo del prócer, Pedro Demetrio O’Higgins Puga.