Las pulgas se reunían por grupos, porque decía una pulga:
Otros animales son muy parecidos entre sí, pero nada es tan diferente como una pulga a otra pulga, el pensamiento y la sensibilidad crean de las pulgas los personajes más contradictorios, y el empeño de reforzar las ideas, forma grupos de personas afines, movimiento en el cual se basa toda sensación que pueda existir de felicidad. La pulga siguió hablando pero con tono más elevado, parecía deleitarse oyéndose, no obstante ser esta una costumbre que habían tratado de desterrar las pulgas. Aun en las cárceles, la unión de los delincuentes afines, de gestos, crímenes, y aplicaciones parecidas, hace la vida más llevadera, menos paralela la reja, menos cuenta se da el puño de la dureza de muchos contra uno.
Y las pulgas discutían sin manifestaciones, porque creían en lo simple, no en los efectos, y la contradicción no perturbaba, sino que suavemente se confirmaban en las propias ideas, porque las pulgas buscaban la convergencia de las ideas, empezando aparte, ir hacia el punto. La conversación en la pulga siempre se supo que era una fuerza, algo así como el vino, la música, el pensamiento...