EL FILOSOFO SEXUAL Y LA PULGA PUTA
A
QUELLA pulga filósofo, andaba con los ojos abiertos sin ver nada, era un portador del pensamiento púlgico, sin paisaje material, porque pensar es como una valija cerrada. La afición a la psicología le había agrandado los ojos del alma, y sobre los del cuerpo llevaba lentes, sin los cuales, y parezca mentira, no podía pensar. Una pulga si no tiene aspecto de filósofo podrá ser una pulga, pero jamás un filósofo. Porque la personalidad es un eco del alma natural. Nuestra pulga era de suyo observadora, y desde luego, para observar conviene irse a los planos no expuestos bajo lo corriente, la pulga filósofo se aficionó a los prostíbulos, decía que en tales lugares la observación de la vida y las deducciones eran de extremado inte-