te, con el oído que se le presta al mar que se repite eternamente, y a la música que oímos con el alma. El Señor le decía: "no solo de pan vive la pulga hombre".
Las estrellas, las sombras, las barcas, son líricas.
Líricos son los brazos en cruz, del niño que busca a su pulga madre.
Lírico es ver muy hondo: lírico es vivir saltando sobre las cosas; lírica es la distancia que suprimimos con el recuerdo eterno
Una pulga lírica vió un deshecho de barco que el mar había tirado a la playa y construyó:
Las aguas se cerraron en una voz de satisfacción, y los mástiles fueron la última manifestación del calvario en el cual se hundían aquellos hombres. El mar se traga sus propias causas. Así como nos da la vida, nos lleva a la muerte. Hombres dorados de sol, de carne de intemperie y de vista tendida sobre la inmensidad, con todo el acopio y consuelo de la dulzura de las lejanías, que son como las voces de las gentes, que todo lo han perdido, y que hablan con Dios, con suaves palabras de un mañana, para después de todo.
Los años y los años supieron del barco preso en el fondo de las aguas, de líquenes y de