Página:El Dulce Daño - Alfonsina Storni.pdf/59

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

Oh tú que con tus manos puedes tomar mi testa
Y hacerle brotar flores como un árbol en fiesta
Y hacer que entre mis labios se arquee la sonrisa
Como un cielo nublado que de pronto se irisa.


¿Porqué has llegado tarde? ¿Porqué has venido ahora
Cuando he sido secada con luces de la aurora,
Cuando he sido quemada por el fuego divino
Y voy, blanco cadáver, sobre negro camino!


Yo quiero, Dios de dioses, que me hagan nueva toda.
Que me tejan con lirios; me cometan a poda
Las manos del Misterio; que me resten maleza.
Tus labios no se hicieron para curar tristeza.


Para tus labios, agua de una pureza suma.
Para tus labios copas de cristal y la espuma
Blanquísima de un alma que no sepa de abejas,
Ni de mieles, ni sepa de las flores bermejas.


— 63