Página:El Gaucho Martín Fierro.djvu/97

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
Martin Fierro. — 25

Al punto salió de adentro
Un gringo con un jusil—
Pero nunca he sido vil,
Poco el peligro me espanta—
Yo me refalé la manta
Y la eché sobre candil.

Gané en seguida la puerta
Gritando: ­«Naides me ataje»
Y alborotado el hembraje,
Lo que todo quedo escuro,
Empezó á verse en apuro
Mesturao con el gauchage.

El primero que salió
Fué el cantor y se me vino—
Pero yo no pierdo el tino
Anque haiga tomao un trago—
Y hay algunos por mi pago
Que me tienen por ladino.

No ha de haber achocao otro—
Le salió cara la broma;
A su amigo cuando toma
Se le despeja el sentido,
Y el pobrecito había sido
Como carne de paloma.

Para prestar un socorro
Las mujeres no son lerdas—
Antes que la sangre pierda
Lo arrimaron á unas pipas—
Ay lo dejé con las tripas
Como pa que hiciera cuerdas.

Monté y me largué á los campos
Mmás libre que el pensamiento,
Como las nubes al viento
A vivir sin paradero,
Que no tiene el que es matrero
Nido, ni rancho, ni asiento.

No hay Fuerza contra el destino
Que le ha señalao el cielo—
Y aunque no tenga consuelo
Aguante el que está en trabajo!
¡Naides se rasca pa abajo!
¡Ni se lonjea contra el pelo!

Con el gaucho desgraciao
No hay uno que no se entone—
La menor falta lo espone
A andar con los avestruces!
Faltan otros con mas luces
Y siempre hay quien los perdone.


XII


Yo no sé qué tantos meses
Esta vida me duró,
A veces nos obligó
La miseria á comer potro—
Me había acompañao con otros
Tan desgraciaos como yo.—

Más ¿para qué platicar
Sobre esos males, —canejo?
Nace el gaucho y se hace viejo,
Sin que mejore su suerte,
Hasta que por ay la muerte
Sale á cobrarle el pellejo.

Pero como no hay desgracia
Que no acabe alguna vez,
Me aconteció que despues
De sufrir tanto rigor
Un amigo por favor
Me compuso con el juez.

Le alvertiré que en mi pago
Ya no va quedando un criollo,
Se los ha tragao el oyo,
O juido ó muerto en la guerra
Porque, amigo, en esta tierra
Nunca se acaba el embrollo.—

Colijo que jué por eso
Que me llamó el juez un día,
Y me dijo que quería
Hacerme á su lao venir,
Y que dentrase á servir
De soldao de Policía.

Y me largó una proclama
Tratándome de valiente,
Que yo era un hombre decente,
Y que dende aquel momento
Me nombraba de sargento
Pa que mandára la gente.

Ansi estuve en la partida,
Pero ¿qué había de mandar?
Anoche al irlo á tomar
Vide güena coyontura—
Y á mí no me gusta andar
Con la lata á la cintura.
.................................
.................................
.................................