Página:El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1905, vol 1).djvu/405

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CAPÍTULO XXVII
De cómo salieron con su intención el cura y el barbero, con otras cosas dignas de que se cuenten en esta grande historia


O le pareció mal al barbero la invención del cura, sino tan bien, que luego la pusieron por obra. Pidiéronle á la ventera una saya y unas tocas, dejándole en prendas una sotana nueva del cura. El barbero hizo una gran barba de una cola rucia ó roja de buey, donde el ventero tenía colgado el peine. Preguntóles la ventera que para qué le pedían aquellas cosas. El cura le contó en breves razones la locura de don Quijote, y como convenía aquel disfraz para sacarle de la montaña donde á la sazón estaba. Cayeron luego el ventero y la ventera en que el loco era su huésped, el del bálsamo y el amo del manteado escudero, y contaron al cura todo lo que con él les había pasado, sin callar lo que tanto callaba Sancho.