Página:El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1905, vol 1).djvu/511

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CAPÍTULO XXXII
Que trata de lo que sucedió en la venta á toda la cuadrilla de don Quijote


CABÓSE la breve comida, ensillaron luego, y sin que les sucediese cosa digna de contar, llegaron otro día á la venta, espanto y asombro de Sancho Panza; y aunque él quisiera no entrar en ella, no lo pudo huir. La ventera, ventero, su hija y Maritornes, que vieron venir á don Quijote y á Sancho, les salieron á recibir con muestras de mucha alegría, y él las recibió con grave continente y pausa, y díjoles que le aderezasen otro mejor lecho que la vez pasada; á lo cual le respondió la huéspeda que como le pagase mejor que la otra vez, que ella se le daría de príncipe. Don Quijote dijo que sí haría, y así, le aderezaron uno razonable en el mismo camaranchón de marras, y él se acostó luego, porque venía muy quebrantado y falto de sueño.