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CAPÍTULO XXXVIII
Que trata del curioso discurso que hizo don Quijote de las armas y las letras
rosiguiendo don Quijote, dijo:
—Pues comenzamos en el estudiante por la pobreza y sus partes, veamos si es más rico el soldado, y veremos que no hay ninguno más pobre en la misma pobreza, porque está atenido á la miseria de su paga, que viene ó tarde ó nunca, ó á lo que garbeare por sus manos, con notable peligro de su vida y de su conciencia; y á veces suele ser su desnudez tanta, que un coleto acuchillado le sirve de gala y de camisa, y en la mitad del invierno se suele separar de las inclemencias del cielo estando en la campaña rasa, con sólo el aliento de su boca, que, como sale de lugar vacío, tengo por averiguado que debe de salir frío, contra toda naturaleza. Pues esperad que espere que llegue
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