Página:El Lazarillo de Tormes (1921).pdf/58

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
60
 

soro de Venecia, y con gesto muy alegre y risueño me lo dió, diciendo:.

—Toma, Lázaro, que Dios ya va abriendo su mano: vé a la plaza y merca pan y vino y carne; quebremos el ojo al diablo! Y más te hago saber, por que te huelgues: que he alquilado otra casa y en esta desastrada no hemos de estar más de en cumpliendo el mes. [Maldita sea ella y el que en ella puso la primera teja, que con mal en ella entrél Por Nuestro Señor, cuanto ha que en ella vivo, gota de vino ni bocado de carne no he comido ni he habido descanso ninguno; mas tal vista tiene y tal obscuridady tristezal Vé y ven presto, y comamos hoy como condes.

Tomo mi real y jarro y, a los pies dándoles priesa, comienzo a subir mi calie, encaminando mis pasospara la plaza, muy contento y alegre, Mas ¿qué me aprovecha si está constituído en mi triste fortuna que ningún gozo me venga sin zozobra? Y así fué este. Porque, yendo la calle arriba, echando mi cuenta en lo que le emplearía que fuese mejor y másprovechosamen te gastado, dando infinitas gracias a Dios que a mi amo había hecho con dinero, a deshorame vino al encuentro un muerto, que por la calle abajo muchos clérigos y gente en unas andas traían.

Arriméme a la pared, por darles lugar, y desque el cuerpo pasó, venia luego a par del lecho una que debía ser mujer del difunto, cargada de luto, y con ella otras muchas mujeres, la cual iba llorando a grandes voces y diciendo:

—Marido y señor mío: ¿adónde os me llevan? ¡A