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Capítulo XXVI

El irupé


La más admirable de todas las flores, la planta singular de la familia de las ninfáseas, llamada irupé por los Guaraníes, y Victoria regia por los botánicos, es una de las maravillas del reino vegetal, que se ostenta en nuestros grandes ríos. Aunque no se la encuentra en el archipiélago del delta del Paraná, ¿cómo es posible, al describir este río, dejar en silencio tan hermosa hija de sus aguas?

Los que hayan visto las balsas o islas herbáceas que flotan en las hondas del Paraná, formadas de nenúfares, sagitarios y otras plantas acuáticas, vulgarmente llamadas camalotes, fácilmente concebirán como se extiende el irupé sobre las aguas. Figurémonos uno de esos mantos flotantes, del verdor más fresco formado de gran número de bandejas redondas, de una brazada de ancho, coronadas de enormes espigas globosas de azabache, y de magníficas flores carmesíes de alabastro, de una vara de ruedo, que esparcen un aroma delicioso.

Todo es notable y raro en esta planta fluvial: sus flores, sus frutos, su fragancia y hasta sus movimientos espontáneos que la colocan entre las plantas dotadas de sensibilidad.