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La noche en las islas. — 233
llegada la época feliz en que sea conducida la gran familia humana a la perfección y a la perpetuidad, morará con todos los buenos en el reino de la felicidad, el cual no tendrá fin.
¡Sublimes pensamientos! transportes inefables los de una alma que se siente formada para ser eterna, y que, elevándose sobre la tosca envoltura que la sujeta, y sobre las pequeñeces de esta vida, se engolfa en la deliciosa contemplación de su glorioso porvenir.