grandes columnas de humo; y de cerca forman a los rayos del sol diferentes arcoiris de los más vivos colores y en los que se percibe algún movimiento de temblor; además estos vapores producen una lluvia eterna en los alrededores [1]". "A la inmediación de la catarata el aire está siempre tenebroso; su estruendo causa espanto a las aves, pues en los dilatados y espesos bosques de sus orillas no se ve pájaro alguno y todos los animales huyen despavoridos de aquellos sitios [2] ".
Si la parte superior del Paraná es de una sublimidad imponente, si es impracticable por la multitud de sus cascadas y arrecifes; en el resto de su curso ofrece el carácter opuesto, por su hondura, su silencio, su mansedumbre y la belleza de su lecho sembrado de islas cubiertas de naranjos, de palmeras y una gran variedad de árboles, arbustos y plantas desconocidas [3].
¡Quién pudiera abrazar de una mirada todo el conjunto de hermosura, majestad y grandeza del Paraná incomparable! ¡Quién tuviera las alas del cóndor para contemplar desde las nubes, esa inmensa balsa de aguas serenas que reflejan el más hermoso de los cielos, con ese archipiélago prodigioso de innumerables islas de variedad indescribible! Aparecieran aquellos grupos de verdor, profusamente esparcidos por la planicie cerúlea de las aguas, cual colosales cestas de flores y frutas,