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Página:El Tempe Argentino.djvu/281

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Apéndice. — 279

propia para los objetos que aquella acostumbra desempeñar. La dosis del polvo de la raíz como vomitivo es de diez a treinta granos. Cuando se da en dosis menores, como un grano hasta seis, sólo obra como alterante, y está muy recomendado para curar el reumatismo crónico o antiguo.

Se hace de los frutos bien maduros, puestos en infusión en aguardiente común por unos pocos días, una tintura bien cargada que se da en dosis de una cucharita de café, tres veces al día, en un poquito de agua, u otra bebida cualquiera, para el reumatismo crónico; es un remedio popular en los Estados Unidos. El Dr. Zollickoffer, médico norteamericano, curó ocho enfermos de dicha afección, dando cada cuatro horas una cucharada común del zumo exprimido del fruto maduro. Para conservar este jugo libre de fermentación y listo para usarlo durante el verano, aconseja añadir ocho onzas de aguardiente común de beber a cada cuarta del zumo dicho. La virtud de este jugo, dice, no puede atribuirla a ninguna propiedad narcótica, sino a una propiedad alterante general que se ejerce sobre toda la economía animal.

El mismo zumo, condensado al fuego, ha sido empleado contra los lamparones y las llagas cancerosas. "Yo uso las hojas, dice Quer, para las úlceras inveteradas y callosas, y he experimentado bellísimos efectos".

Los doctores Jones y Kollok, del Estado de Savannah, aseguran que la fitolacca cura el gálico en sus diversos períodos, aun sin el auxilio del mercurio.