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Página:El Tempe Argentino.djvu/41

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Capítulo V

Habitantes


Pudiera dudarse de que fueran habitables unas islas anegadas muchas veces en el año, si el hecho de estar pobladas desde tiempo inmemorial, no demostrara que esas inundaciones no presentan inconveniente alguno. Ni las numerosas ranchadas (así se llaman las habitaciones temporáneas), ni los ranchos estables ocupados por los isleños y sus familias, han sido jamás destruidos por el impulso de las aguas o los vientos, sin embargo de su débil construcción, y de verse muchos de ellos anegados con frecuencia por no haber tenido la precaución de levantar su piso. Por lo general, una vara de terraplén para el pavimento de la casa es suficiente para que no alcancen a bañarlo las mareas más altas. Teniendo todos su embarcación a la puerta, como vehículo indispensable, encontrarán en ella segura salvación, en el caso de una crecida extraordinaria, que nunca puede durar más que la sudestada