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Página:El Tratado de la Pintura.djvu/101

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De Leonardo de Vinci — 53

colores de lodos los cuerpos, se sigue por consecuencia, que quitada esta luz, faltará también el conocimiento de los colores, y será igual su sombra.


§ CX.

De la causa que hace perder los colores y figuras de los cuerpos al parecer.

Hay muchos sitios, que aunque en sí están iluminados, se demuestran y pintan no obstante oscuros y sin variedad alguna de color en los objetos que dentro tengan: la razón es, por el mucho aire iluminado que se interpone entre el dicho sitio y la vista, como sucede cuando se mira alguna ventana remota, que solo se advierte en ella una oscuridad uniforme y grande; y si entras luego dentro de la habitación, la hallarás sumamente clara, de modo que se distinguen bien los objetos que dentro haya. Esto consiste en un defecto de nuestros ojos, que vencidos por el mucho resplandor del aire, se disminuye y contrae tanto la pupila, que pierde mucha facultad y potencia; y al contrario sucede en los sitios de luz moderada, que dilatándose mucho, adquiere mayor perspicacia; cuya proposición tengo demostrada en mi tratado de Perspectiva.


§ CXI.

Ninguna cosa muestra su verdadero color, si no se halla iluminada de otro color igual.

Ningún objeto aparecerá con su verdadero color, como la luz que le ilumine no sea toda ella del mismo color; lo cual se ve claramente en los paños, en los que los pliegues que reflejan la luz á los otros que tienen al lado, los hacen parecer con su verdadero color. Lo mismo sucede cuando una hoja de oro da luz á otra hoja, quedando