XVIII
en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, escrito en folio, forrado de terciopelo encarnado, que es el que (como se dijo antes) regaló Guido Mazenta al Cardenal Borromeo. En el trata el asunto como Filósofo, como Matemático y como Pintor, y le cita en el § CCLXXVIII de esta obra. En esta parte de la Pintura fue Leonardo muy sobresaliente, y llegó á imitar con tal perfección el efecto de la luz y de la sombra, que sus obras mas parecían verdaderas que fingidas.
Por último escribió la presente obra que intituló: el tratado de la Pintura, la cual contiene varios preceptos del arte, y juntamente la manera de dibujar y pintar. Cuenta el Vasari que pasando á Florencia cierto Pintor Milanes, le hizo ver dicha obra, y le prometió que asi que llegase á Roma la haria imprimir; pero esto nunca lo cumplió: y una cosa que no se hizo entonces en Roma se efectuó en Paris un siglo después, en donde cotejando varios manuscritos, aunque viciados, he podido por fin restituir á la luz pública una obra, que por la excelencia de sus preceptos, y por el mérito de su autor, es digna de la inmortalidad. Para hacer mas fácil su inteligencia la tradujo al idioma francés Mr. Chambrai, sugeto sumamente hábil en el dibujo, el cual (como se dijo de León X) por un instinto comunicado á toda su familia solo se divierte en cosas de habilidad y de talento. Esta versión es lo mismo que un comentario, por la exactitud y claridad con que está interpretado el sentido del autor.