§ XXV.
Cuando te pongas á dibujar por el natural, te colocarás á la distancia de tres estados del objeto que vayas á copiar; y siempre que empieces á hacer alguna línea, mirarás á todo el cuerpo para notar la dirección que guarda respecto á la línea principal.
§ XXVI.
Observe el Pintor con sumo cuidado cuando dibuje, cómo dentro de la masa principal de la sombra hay otras sombras casi imperceptibles en su oscuridad y figura: lo cual lo prueba aquella proposición que dice, que las superficies convexas tienen tanta variedad de claros y oscuros, cuanta es la diversidad de grados de luz y oscuridad que reciben.
§ XXVII.
La luz para dibujar del natural debe ser del norte, para que no haga mutación; y si se toma del mediodía, se pondrá en la ventana un lienzo, para que cuando dé el sol, no padezca mutación la luz. La altura de esta será de modo que todos los cuerpos produzcan sombras iguales á la altura de ellos.
§ XXVIII.
Toda figura se debe poner de modo que solo reciba