y los brazos de todos los hombres se levantarían para prenderlo y para matarlo.
Resolví rescatar lo pasado con mi conducta futura; y puedo añadir que mi resolución produjo algún bien. Sabéis por vos mismo cuánto trabajé recientemente, en los últimos meses del año pasado, para mejorar la suerte de los desgraciados; sabéis que he hecho mucho por otros, y que los días han transcurrido para mí tranquilamente, casi con dicha y felicidad. No puedo decir por cierto que esa vida de beneficencia y de inocencia me pesase; creo, al contrario, que cada día era para mí más agradable.
Pero me atormentaba siempre el dualismo de mis tendencias, y cuando los rigores de la penitencia impuesta comenzaron á dulcificarse, los malos instintos de mi ser, durante tanto tiempo acariciados, aunque encadenados hacía poco, rugieron con violencia pidiendo su libertad. No pensaba ciertamente en resucitar á Hyde; sólo la idea de esa resurrección bastaba para asus-