acceso al agua y al saneamiento como un derecho humano bajo la consideración de que era condición indispensable para la realización de todos los demás derechos.
En la actualidad, en Chile hay 43 organismos vinculados a la gestión del agua y el Banco Mundial ya ha advertido de la duplicidad, superposición y vacío de funciones que esto genera. Entre estos organismos se encuentran una variedad de intereses entre los cuales el acceso al agua para el consumo doméstico no es prioritario, tal y como persiguen los objetivos del desarrollo sostenible. Para el/la ciudadano/a que quiere estar informado/a resulta complejo entender y conocer el funcionamiento y las particularidades de cada uno de estos organismos y por eso se demanda la creación de una entidad superior que supervise y cautele la gobernanza del agua.
Cuando se redactó el Código de Aguas (aprobado en 1981) se hizo bajo un paradigma y una situación hídrica muy diferente a la que estamos viviendo hoy. Probablemente, en la cabeza de los legisladores estaba el diagrama del ciclo natural del agua y, atendiendo a la demanda, no se pensó que el recurso no era infinito, ni en las condiciones cambiantes de la naturaleza o en los efectos del cambio climático que, como señalábamos, no era aún aceptado por diversos sectores, los que dudaban de la incidencia del hombre en dicha transformación.
Con respecto a la legislación, el Código de Aguas vigente está siendo
revisado en varios puntos y el tema más espinoso es el de la propiedad
de los derechos de agua.
Hoy, uno de los problemas
más acuciantes en cuanto
a gobernanza del agua es
que hay un sobreotorgamiento de derechos de
agua sobre los acuíferos.
Tal y como señala la Dirección General de Aguas,
para 2014 ya superaban la
centena los acuíferos que
se encontraban en estas
condiciones.
Cuando se redactó el
Código de Aguas (aprobado en 1981) se hizo bajo
un paradigma y una situación hídrica muy diferente
a la que estamos viviendo
hoy. Probablemente, en la
cabeza de los legisladores
estaba el diagrama del ci
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