claramente examinándolo con madurez. Quanto mas numerosa es la administracion pública, tanto mas el respeto del Príncipe á los vasallos se disminuye, y se acerca á la igualdad, de suerte que este respeto es uno, ó lo que es la misma igualdad en la Democracia. Este mismo respeto se aumenta á medida que el Gobierno se limita; y está en su maximum quando el Gobierno está en manos de uno solo. Entónces se nota una grande distancia entre el Príncipe y el Pueblo, y el Estado se halla falto de trabazon, y para formarla es menester poner clases intermedias como son príncipes, grandes y una numerosa Nobleza para llenarla: y nada de esto conviene á un pequeño Estado al que arruinan estos grados. Pero si es dificultoso que un Estado grande sea bien gobernado, aun lo es mucho mas que lo esté por un solo hombre; y todos saben lo que sucede quando el Rey pone substitutos.
Un defecto esencial é inevitable que hara que el Gobierno monárquico sea siempre inferior al Republicano, es que en este la voz pública no eleva jamas á los primeros puestos sino á hombres esclarecidos y capaces que los desempeñan comunmente con honor, miéntras que los que se ven en los Monárquicos no son continuamente sino unos solemnes enredadores,