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EL CONTRATO

Se deberia empezar enseñándoles el Arte de obedecer. Los mas grandes Reyes que ha celebrado la Historia, no han sido criados para reynar, y esta es una ciencia que no se posée jamas ménos que quando se ha aprendido demasiado, y cuya adquisicion se logra mas bien obedeciendo que mandando. Nam utilissimus ac brevissimus bonarum malarumque rerum delectus, cogitare quid aut nolueris sub alio Principe aut volueris. (Tacit Hist. lib. i.)

Una conseqüencia de la falta de coherencia es la inconstancia del Gobierno que arreglándose tan pronto sobre un plan, tan pronto sobre otro segun el carácter del Príncipe que reyna, ó las gentes que reynan por él, no puede tener largo tiempo un objeto fixo ni una conducta consiguiente: variacion que hace siempre al estado flotante de maxima en maxima, de proyecto en proyecto, y que no tiene cabida en los otros Gobiernos donde el Príncipe es siempre el mismo. Así se ve en general que hay mas estratagema en una Corte; y mas sabiduria en un Senado, y que las Repúblicas van á sus fines por miras mas constantes y mejor seguidas, miéntras que cada revolucion en el Ministerio monárquico produce otra en el Estado, por que la maxima comun á todos