vituperio! Unos ebrios de Samos ensuciaron un dia el Tribnal de los Eforos, y al dia siguiente fué permitido á los Samios por Edicto público ser sucios. Un verdadero castigo hubiera sido ménos severo, que una igual impunidad. Quando Esparta pronunciaba sobre lo que era ó no era honesto, la Grecia no apelaba de sus juicios.
Los hombres no tuviéron al princípio otros Reyes que los Dioses, ni otro Gobierno que la Theocracía. Hiciéron el razonamiento de Calígula, y entónces le hicieron exactamente. Es necesaria una larga alteracion de sentimientos y de ideas en los hombres para resolverse á tomar por Señor á un Semejante, y lisonjearse de hallarse bien con él.
Por haber puesto un Dios á la frente de cada Sociedad política, se sigue que ha habido tantos Dioses como Pueblos. Dos Pueblos extraños el uno al otro, y cási siempre enemigos, no pueden reconocer