Siempre habrá una diferencia no pequeña entre sujetar una muchedumbre y gobernar una sociedad. Si muchos hombres dispersos se someten sucesivamente á uno solo; por numerosos que sean, solo veo en ellos á un dueño y á sus esclavos, y no á un pueblo y á su gefe: será, si asi se quiere, una agregacion, pero no una asociacion; no hay alli bien público ni cuerpo politico. Por mas que este hombre sujete á la mitad del mundo, nunca pasa de ser un particular; su interés, separado del de los demas, siempre es un interés privado. Si llega á perecer, su imperio queda despues de su muerte diseminado y sin vínculo que lo conserve, á la manera con que una encina se deshace y se reduce á un monton de cenizas despues que el fuego la ha consumido.
Un pueblo, dice Grocio, puede darse á un rey: luego, segun él mismo, un pueblo es pueblo antes de darse á un rey. Esta misma donacion es un acto civil, que supone una deliberacion pública: antes pues de examinar el acto por el cual un pueblo elije un rey, seria conveniente examinar el acto por el cual un pueblo es pueblo; pues siendo este acto por necesidad anterior al otro, es el verdadero fundamento de la sociedad.
En efecto, sino existiese una convencion anterior, porque motivo, á menos de ser la eleccion unánime, tendria obligacion la minoria de sujetarse al elegido por la mayoria? Y porque razon ciento que quieren tener un señor, tienen el derecho de votar por diez que