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José Ingenieros

afirmativo. Toda negación es, en sí misma, afirmativa; negar es afirmar una negación. La actitud es idéntica: se cree lo que se afirma ó se niega. Lo contrario de la afirmación no es la negación, es la duda. Para afirmar ó negar es indispensable creer. Ser alguien es creer intensamente; pensar es creer; amar es creer; odiar es creer; luchar es creer; vivir es creer.

Las creencias son los móviles de toda actividad humana. No necesitan ser evidentes: creemos con anterioridad á todo razonamiento y cada nueva noción es adquirida á través de creencias ya preformadas. La duda debiera ser más común, faltándonos criterios de certidumbre absoluta; la primera actitud, sin embargo, es una adhesión á lo que se presenta á nuestra experiencia. La manera espontánea de pensar las cosas consiste en creerlas tales como las sentimos; los niños, los salvajes, los ignorantes y los espíritus débiles son accesibles á todos los errores, juguetes frívolos de las personas, las cosas y las circunstancias. Cualquiera desvía á los bajeles sin gobierno. Sus creencias son como los clavos, que se meten de un solo golpe; las convicciones firmes entran como los tornillos, poco á poco, á fuerza de observación y de estudio. Cuesta más trabajo adquirirlas; pero mientras los clavos ceden al primer estrujón vigoroso, los tornillos resisten y mantienen de pie la personalidad. El ingenio y la cultura corrigen las fáciles ilusiones primitivas y las rutinas impuestas por el rebaño al individuo: la amplitud del saber permite á