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José Ingenieros

natismo. La fe es de visionarios y el fanatismo es de siervos. La fe es llama que enciende y el fanatismo es ceniza que apaga. La fe es una dignidad y el fanatismo es un renunciamiento. La fe es una afirmación individual de alguna verdad propia y el fanatismo es una conjura de huestes para ahogar la verdad de los demás.

Frente á la marea niveladora que amenaza por todos los puntos del horizonte, en las mediocracias contemporáneas, todo homenaje al genio es un acto de fe: sólo de él puede esperarse el perfeccionamiento de la Humanidad. Cuando alguna generación siente un hartazgo de chatura, de doblez, de servilismos, tiene que buscar en los genios de su raza los símbolos de pensamiento y de acción que la templen para nuevos esfuerzos.

Todo hombre de genio es la personificación suprema de un Ideal. Contra la mediocridad, que asedia á los espíritus originales, conviene fomentar su culto: robustece las alas nacientes. Los más altos destinos se templan en la fragua de la admiración. Poner la propia fe en algún ensueño, apasionadamente, con la más honda emoción lírica, es ascender hacia las cumbres donde aletea la gloria. Enseñando á admirar el genio, la santidad y el heroísmo, prepáranse climas propicios á su advenimiento.

Los ídolos de cien fanatismos han muerto en el curso de los siglos y fuerza es que mueran los venideros, implacablemente segados por el tiempo.

Hay algo humano, más duradero que la fantas