la buelta al Toboſo, ſe fue para don Quixote, y aſsiẽdole de la lança, le dixo en mala lengua Caſtellana, y peor Vizcayna, deſta manera: Anda cauallero, q̃ mal andes, por el Dios q̃ criome, q̃ ſino dexas coche, aſsi te matas como eſtas aî Vizcayno. Entendiole muy bien don Quixote, y con mucho ſoſsiego le reſpondio: Si fueras cauallero como no lo eres, ya yo huuiera caſtigado tu ſandez, y atreuimiento, cautiua criatura. A lo qual replicò el Vizcayno: Yo no cauallero: Iuro a Dios tan mientes como Chriſtiano. Si lança arrojas, y eſpada ſacas, el agua quan preſto verás q̃ al gato lleuas: Vizcayno por tierra, hidalgo por mar, hidalgo por el diablo, y mientes, q̃ mira ſi otra dizes coſa. Aora lo veredes dixo Agrages, reſpondio don Quixote, y arrojando la lança en el ſuelo, ſacò ſu eſpada, y embraçò ſu rodela, y arremetio al Vizcayno, cõ determinacion de quitarle la vida. El Vizcayno q̃ aſsi le vio venir, aũque quiſiera apearſe de la mula, q̃ por ſer de las malas de alquiler, no auia q̃ fiar en ella, no pudo hazer otra coſa, ſino ſacar ſu eſpada: pero auinole bien, q̃ ſe hallò junto al coche, de donde pudo tomar vna almohada q̃ le ſiruio de eſcudo, y luego ſe fueron el vno para el otro, como ſi fuerã dos mortales enemigos. La demas gente quiſiera ponerlos en paz, mas no pudo, porq̃ dezia el Vizcayno en ſus mal trauadas razones, q̃ ſino le dexauan acabar ſu batalla, q̃ el miſmo auia de matar a ſu ama, y á toda la gente q̃ ſe lo eſtoruaſſe. La ſeñora del coche, admirada, y temoroſa de lo q̃ veia, hizo al cochero q̃ ſe deſuiaſſe de alli algun poco, y deſde lexos ſe puſo a mirar la riguroſa contienda: en el diſcurſo de la qual, dio el Vizcayno vna gran cuchillada a don Quixote encima de vn ombro, por encima de la rodela, que a darſela ſin defenſa, le abriera haſta la cintura. Don Quixote que ſintio la peſadumbre de aquel deſaforado golpe, dio vna gran voz, diziendo: O ſeñora de mi alma
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Apariencia