Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo III (1908).pdf/32

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 28 —

A faltar su intención generosa, que sean benditos y alabados los cielos allá donde tienen más levantados sus asientos. En fin, el caballero de la Triste Figura había de ser aquel que había de desfigurar las mías." Enternecióse Sancho Panza con las razones de maese Pedro, y dijo:

—No llores, maese Pedro, ni te lamentes, que me quiebras el corazón; porque te hago saber que es mi señor don Quijote tan colérico y escrupuloso cristiano, que si él cae en la cuenta de que te ha hecho algún agravio, te lo sabrá y te lo querrá pagar y satisfacer con muchas ventajas.

—Con que me pagase el señor don Quijote alguna parte de las hechuras que me ha deshecho quedaría contento; y su merced aseguraría su conciencia, porque no se puede salvar quien tiene lo ajeno contra la voluntad de su dueño, y no lo restituye.

—Así es, dijo don Quijote, pero hasta ahora yo no sé que tenga nada vuestro, maese Pedro.

—¿Cómo no? respondió maese Pedro; á estas reliquias que están por este duro y estéril suelo, ¿quién las esparció y aniquiló, sino la fuerza invencible dese poderoso brazo? ¿Y cuyos eran sus cuerpos, sino míos? ¿Y con quién me sustentaba yo, sino con ellos?

—Ahora acabo de créer, dijo á este punto don Quijote, lo que otras muchas veces he creído, que estos encantadores que me persiguen no hacen sino ponerme las figuras como ellas son delante de los ojos, y luego me las mudan y truecan en las que ellos quieren. Real y verdaderamente os digo señores que me oís, que á mí me pareció todo lo que aquí ha pasado que pasaba al pie de la letra, que