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Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha.djvu/197

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CAPÍTULO XVIII.
tos los caballos que tendrémos despues que salgamos vencedores, que aun corre peligro Rocinante no le trueque por otro. Pero estame atento, y mira que te quiero dar cuenta de los caballeros mas principales que en estos dos ejércitos vienen, y para que mejor los veas y notes, retirémonos á aquel altillo que allí se hace, de donde se deben de descubrir los dos ejércitos. Hiciéronlo así, y pusiéronse sobre una loma, desde la cual se verian bien las dos manadas que á Don Quijote se le hicieron ejércitos, si las nubes del polvo que levantaban no les turbara y cegara la vista; pero con todo esto, viendo en su imaginacion lo que no veia ni habia, con voz levantada comenzó á decir:—Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un leon coronado rendido á los piés de una doncella, es el valeroso Laurcalco, señor de la puente de plata: el otro de las armas de las flores de oro que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, gran duque de Quirocia: el otro de los miembros giganteos que está á su derecha mano, es el nunca medroso Brandabarbaran de Boliche, señor de las tres Arabias, que viene armado de aquel cuero de serpiente, y tiene por escudo una puerta que, segun es fama, es una de las del templo que derribó Sanson cuando con su muerte se vengó de sus enemigos. Pero vuelve los ojos á estotra parte, y verás delante y en la frente de estotro ejército al siempre vencedor y jamas vencido Timonel de Carcajona, príncipe de la nueva Vizcaya, que viene armado con las armas partidas á cuarteles azules, verdes, blancas y amarillas, y trae en el escudo un gato de oro en campo leonado con una letra que dice Miau, que es el principio del nombre de su dama, que segun se dice, es la sin par Miulina, hija del duque de Alfeñiquen del Algarve: el otro que carga y oprime los lomos de aquella poderosa alfana, que trae las armas como nieve blancas, y el escudo es blanco y sin empresa alguna, es un caballero novel, de nacion frances, llamado Piérres Papin, señor de las Baronías de Utrique: el otro que bate las hijadas con los herrados carcaños á aquella pintada y ligera cebra, y trae las armas de los veros azules, es el poderoso duque de Nerbia Espartafilardo del Bosque, que trae por empresa en el escudo una esparraguera con una letra en castellano que dice así: Rastrea mi suerte. Y desta manera fué nombrando muchos caballeros del uno y del otro escuadron que él se imaginaba, y á todos les dió sus armas, colores, empresas y motes de improviso, llevado de la imaginacion de su nunca vista locura, y sin parar prosiguió di-