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Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha.djvu/412

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DON QUIJOTE.

aquel papel. Con estos pensamientos, mas honrados que acertados ni provechosos, estuvo otro dia escuchando á Lotario, el cual cargó la mano de manera, que comenzó á titubear la firmeza de Camila, y su honestidad tuvo harto que hacer en acudir á los ojos para que no diesen muestras de alguna amorosa compasion, que las lágrimas y las razones de Lotario en su pecho habían despertado. Todo esto notaba Lotario, y todo le encendia. Finalmente, á él le pareció, que era menester en el espacio y lugar que daba la ausencia de Anselmo, apretar el cerco á aquella fortaleza, y así acometió á su presuncion con las alabanzas de su hermosura; porque no hay cosa que mas presto rinda y allane las encastilladas torres de la vanidad de las hermosas, que la mesma vanidad puesta en las lenguas de la adulacion. En efecto, él con toda diligencia minó la roca de su entereza con tales pertrechos, que, aunque Camila fuera toda de bronce, viniera al suelo. Lloró, rogó, ofreció, aduló, porfió y fingió Lotario con tantos sentimientos, con muestras de tantas veras, que dió al traves con el recato de Camila, y vino á triunfar de lo que menos se pensaba y mas deseaba. Rindióse Camila, Camila se rindió: ¿pero qué mucho, si la amistad de Lotario no quedó en pié? Ejemplo claro que nos muestra, que solo se vence la pasion amorosa con huilla, y que nadie se ha de poner á brazos con tan poderoso enemigo, porque es menester fuerzas divinas para vencer las suyas humanas. Solo supo Leonela la flaqueza de su señora, porque no se la pudieron encubrir los dos malos amigos y nuevos amantes. No quiso Lotario decir á Camila la pretension de Anselmo, ni que él le habia dado lugar para llegar á aquel punto, porque no tuviese en menos su amor, y pensase que así acaso y sin pensar, y no de propósito, la habia solicitado.

Volvió de allí á pocos dias Anselmo á su casa, y no echó de ver lo que faltaba en ella, que era lo que en menos tenia y mas estimaba: fuese luego á ver á Lotario, y hallóle en su casa: abrazáronse los dos, y el uno preguntó por las nuevas de su vida ó de su muerte. Las nuevas que te podré dar, ó amigo Anselmo, dijo Lotario, son de que tienes una muger que dignamente puede ser ejemplo y corona de todas las mugeres buenas: las palabras que le he dicho se las ha llevado el aire, los ofrecimientos se han tenido en poco, las dádivas no se han admitido, de algunas lágrimas fingidas mias se ha hecho burla notable: en resolución, así como Camila es cifra de toda belleza, es archivo donde asiste la honestidad y vive el comedimiento y el recato, y todas las virtudes que pueden hacer loa-