trecho de la caida y renqueando, y como pudo fué á hincar las ro- dillas ante los dos señores; pero el Duque no lo consintió en nin- guna manera, antes apeándose de su caballo fué à abrazar á Don Quijote, diciéndole:-A mí me pesa, señor Caballero de la Tris- te Figura, que la primera que vuesa merced ha hecho en mi tier- ra haya sido tan mala como se ha visto; pero descuidos de escude- ros suelen ser causa de otros peores sucesos.-El que yo he tenido en veros, valeroso príncipe, respondió Don Quijote, es imposible ser malo, aunque mi caida no parara hasta el profundo de los abis- mos, pues de allí me levantara y me sacara la gloria de haberos visto. Mi escudero, que Dios maldiga, mejor desata la lengua pa- ra decir malicias, que ata y cincha una silla para que esté rme; pero como quiera que yo me halle, caido ó levantado, á pié ó á ca- ballo, siempre estaré al servicio vuestro y al de mi señora la Du- quesa, digna consorte vuestra, y digna señora de la hermosura, y universal princesa de la cortesía.-Pasito, mi señor Don Quijote de la Mancha, dijo el Duque, que adonde está mi señora Doña Dul- cinea del Toboso, no es razon que se alaben otras fermosuras. Ya estaba á esta sazon libre Sancho Panza del lazo, y hallándose allí cerca, antes que su amo respondiese, dijo:-No se puede negar, si- no afirmar, que es muy hermosa mi señora Dulcinea del Tobo- so; pero donde menos se piensa se levanta la liebre, que yo he oido decir, que esto que llaman naturaleza, es como un alcaller que hace vasos de barro, y el que hace un vaso hermoso, tambien pue- de hacer dos y tres y ciento: digolo, porque mi señora la Duquesa á fé que no va en zaga á mi ama la señora Dulcinea del Toboso. Volvióse Don Quijote á la Duquesa y dijo:-Vuestra grandesa ima- gine que no tuvo caballero andante en el mundo escudero mas ha- blador ni mas gracioso del que yo tengo, y él me sacará verdade- ro, si algunos días quiere vuestra gran celsitud servirse de mí. A lo que respondió la Duquesa:-De que Sancho el bueno sea gra- cioso, lo estimo yo en mucho, porque es señal que es discreto, que las gracias y los donaires, señor Don Quijote, como vuesa merced bien sabe, no asientan sobre ingenios torpes: y pues el buen San- cho es gracioso y donairoso, desde aquí le confirmo por discreto. -Y hablador, añadió Don Quijote.-Tanto que mejor, dijo el Du- que, porque muchas gracias no se pueden decir con pocas palabras: y porque no se nos vaya el tiempo en ellas, venga el gran Caballe- ro de la Triste Figura....De los Leones ha de decir vuestra
alteza, dijo Sancho, que ya no hay Triste Figura.-El seguro seaPágina:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha Tomo II.djvu/270
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