y uno de los mayores pecados que se sabe, y la persona que es agradecida a los que bien le han hecho, da indicio que tambien lo será a Dios, que tantos bienes le hizo y de contino le hace. La señora Duquesa despacho un propio con tu vestido y otro presente á tu muger Teresa Panza: por momentos esperamos respuesta. Yo he estado un poco mal dispuesto de un cierto ga- teamiento, que me sucedio no muy á cuento de mis narices; pero no fue nada, que si hay encantadores que me maltraten, tambien los hay que me defiendan. Avisame si el mayordomo que está contigo tuvo que ver en las acciones de la Trifaldi, como tú sos- pechaste, y de todo lo que te sucediere me irás dando aviso, pues es tan corto el camino, cuanto mas que yo pienso dejar presto es ta vida ociosa en que estoy, pues no nací para ella. Un negocio se me ha ofrecido, que creo que me ha de poner en desgracia des- tos señores; pero aunque se me da mucho, no se me da nada, pues en fin en fin tengo de cumplir antes con mi profesion que con su gusto, conforme a lo que suele decirse: Amicus Plato, sed magis amica veritas. Digote este latin, porque me doy a entender que despues que eres gobernador lo habrás aprendido. Y a Dios, el cual te guarde de que ninguno te tenga lástima.
TU AMIGO
Don Quijote de la Mancha.
Oyó Sancho la carta con mucha atencion, y fué celebrada y tenida por discreta de los que la oyeron, y luego Sancho se levantó de la mesa, y llamando al secretario se encerró con él en su estancia, y sin dilatarlo mas, quiso responder luegó á su señor Don Quijote: y dijo al secretario, que sin añadir ni quitar cosa alguna fuese es- cribiendo lo que él le dijese, y así lo hizo, y la carta de la respues- ta fué del tenor siguiente:
CARTA DE SANCHO PANZA
Á
DON QUIJOTE DE LA MANCHA.
LA ocupacion de mis negocios es tan grande, que no tengo
lugar para rascarme la cabeza, ni aun para cortarme las uñas,