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ANTÓN P. CHEJOV
Varia.
Mamá; ¿qué dice?
Lubova.
En efecto, no hay nadie. Fué una alucinación... A la derecha, junto al pabellón, hay un arbolito que se asemeja a una mujer inclinada.
(Entra Trofimof, vestido con uniforme de estudiante. Usa anteojos.)
Lubova. (Sin apartar la vista de la ventana.)
El jardín es verdaderamente encantador. ¡Cuántas florecillas! ¡Y qué bien se destacan en el cielo azul!
Trofimof.
Lubova Andreievna... (Ésta vuelve la cabeza.) Vengo únicamente a saludarla, y me iré en seguida. (Besa la mano a Lubova Andreievna.) Se me ordenó esperar hasta ya entrada la mañana; pero me faltó paciencia.
Lubova. (Observándole con sorpresa.)
Usted es...
Varia. (Emocionada.)
Es Pietcha Trofimof.