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Página:El libro blanco.pdf/27

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POR CAMPOS DE ENSUEÑO


Pasó humeante el tropel de los potros salvajes.

Feroces los hocicos, hirsutos de pelajes,
Las crines extendidas, bravias, tal bordones,
Pasaron como pasan pamperos y aquilones!


Y luego fueron águilas de expléndidos plumajes
Trayendo de sus cumbres magníficas visiones
Con el sereno vuelo de las inspiraciones
Augustas, con soberbias de olimpicos linajes.


Cruzaron hacia Oriente la limpidez del cielo,
Tras ellas como cándida hostia que alzara el vuelo,
Una paloma blanca como la nieve asoma,
Yo olvido el ave egregia y el bruto que foguea
Pensando que en los cielos solemnes de la Idea

A veces es muy bella, muy bella una paloma!
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