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Y las cierra y las abre en su presencia:
Y todo justamente esto pasaba
Cuando el licor fragante la arrobaba,
Y su cabeza la Belinda inclina
A embriagarse en aroma tan divina.
 Al rizo mil espíritus volaron
Y alas mil agitaban el cabello:
Tres veces el zarcillo bambolearon,
Y otras tres ella torna el rostro bello.
En este mismo instante Ariel cuidoso
De la virgen comtempla el pecho hermoso,
Y sobre el ramillete recostado,
Acecha el pensamiento que le agita,
Y vió, casi asombrado,
Que un amor terrenal en su alma habita;
Confuso suspirando se retira
Y resignado ve su imperio espira.
 El Par4 extiende la feroz tigera,
Y casi la cerrara toda entera
Cuando un sylpho imprudente
En el medio se pone diligente,
Mas del hado la fuerza poderosa
Las tigeras cerrara presurosa,
Y en dos partes el Sylpho dividia;
Pero al punto se unia;
Que la aérea substancia
De atraccion tambien sigue la observancia;
Y en las puntas mordiendo al rizo de oro
De su frente no es ya gloria y decoro.
 Rayos disparan sus brillantes ojos,
Brama de horror el irritado cielo;
Ni chillidos mas fuertes se escucharon
Cuando de muerte horrible son despojos
Un esposo querido, ó un faldero;