vación del natural. Su influencia en nuestra literatura es de las más grandes que ha podido haber, y la señalarán en toda su extensión el tiempo y la venidera infalible justicia de las categorías literarias. Muchos le deben todo lo que son y algunos más de lo que parece. Si este escrito pudiera ser largo, algo más diría yo que la brevedad me obliga á dejar de la mano, cosas que tal vez no sean necesarias por ser sabidas de todo el mundo, pero que yo quisiera indicar, porque sin indicarlas no me quedo satisfecho. Y es que hablando de Pereda y subiéndole hasta donde alcanzan mis fuerzas de sectario apologista, siempre me parece que no le enaltezco bastante, y quisiera volver á emprender de nuevo la tarea hasta ponerle más alto, más alto y donde debe estar.
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