como vil y bajo estaño, luego se derriten y deshacen con la fuerza del calor: así donde los unos se ahogan, los otros pasan á pie enjuto.
II. — Cuando se van á decir ó citar palabras de otro: vr. gr. Dijole el santo rey don Fernando: Mas temo á la maldicion de un pobre, que al poder de todos mis contrarios.
P. ¿Cuándo se usa del punto y coma?
R. I. — Cuando se han de separar oraciones que comprenden varios incidentes y no son absolutamente independientes una de otra: v. gr. Cuando todo esto considere el hombre, vera que á la cama blanda sucede la tierra dura; ala vestidura preciosa, la pobre mortaja; á los suaves olores, la podredumbre y la hediondez; y que en lugar de tantos manjares y servidores, ha de haber tantos gusanos y comedores.
II. ― Delante de las conjunciones adversativas y transitivas: v. gr. Eso no, dijo Sancho, vuesa merced se esté quedo; sino por dios verdadero que nos han de oir los sordos.
P. ¿Cuándo se usa del interrogante?
R. Cuando la oracion es interrogativa: v. gr. ¿Es este el primero que se da á la virtud? ¿Es este la paga de tanta doctrina? ¿Estas son las gracias de tan buenas obras?
P. ¿Cuándo se usa de la admiracion?
R. En las esclamaciones: v. gr. ¡Oh vida muerte! ¡oh lumbre oscurecida! ¡oh hermosura afeada!
P. ¿Cuándo se usa del paréntesis?
R. Cuando hay una oracion no subalterna tan independiente de la principal, que su omision no altera el sentido de ello: v. gr. el hombre sabio (sea ó no noble) es digno de la gratitud pública.
P. ¿Cuándo se usa de la dieresis?
R. Cuando deben pronunciarse separadas dos vocales que no suenan sinó como una sola: v. gr. agüero, regüeldo.