| Ello no podrá ser, lo repito, más que un acrecentamiento de la vida.
Se nos reprocha que no creamos.
Quisiera ponerme en pie y hacer en voz muy alta mi acto de fe.
Creo en mi siglo con toda mi moderna ternura. Sólo los creyentes son fuertes. Todo aque!, en política como en literatura, que no crea en su tiempo, caerá en el error y en la impotencia. He visto a mis antepasados esterilizarse en medio de sus pesares; veré ciertamente resbalar al vacío a aquellos de mis contemporáneos que ensarten perlas aparte, por una distinción de excepticismo.
Creo en la ciencia porque es la herramienta del siglo, porque lleva en sí la única fórmula sólida de la política y de la literatura de mañana. Ella fué quien abrió la revolución y ella será quien la cierre. Solamente en ella hay salvación para la humanidad. Ensanchará nuestro dominio sin rechazar nada de él, precisando nuestras facultdaes y estableciendo la lógica de nuestras relaciones.
Creo en el día que transcurre, y creo en el día de mañana, seguro de un crecimiento cada vez más vasto, por haber cifrado mi pasión en las fuerzas de la vida. .