Señor Director de El Noticiero Universal:
Allá por el mes de mayo del año 1893, después de los Juegos Florales, alejóseme traidoramente de Barcelona, con la tácita nota de loco, so pretexto de que pasara dos meses en el campo para restablecer mi salud, que, á Dios gracias, no lo necesitaba. Aunque no contento, fuíme resignado. Los dos meses se han convertido en dos años, durante los que permanecí pacientemente, lejos de bibliotecas en que poder consultar, apartado de mis editores, de mis libros y hasta de mis propios manuscritos.
En uso de mi derecho y libertad, he venido á Barcelona para arreglar mis asuntos y poner tármino á mi desesperada situación, y en dos ocasiones he visto fuerza pública en mi propia morada para prenderme como á un delincuente. Gracias á la Virgen María, que no me abandona en mis tribulaciones, no se me ha visto por estas calles entre agentes de la autoridad. Por si hubiera de suceder, mañana ú otro día, contra la voluntad expresa del señor Gobernador, á quien estoy muy agradecido, ahora, mientras es tiempo, pido justicia y protesto ante la ley, ante la gente honrada de Barcelona que me conoce, ante cielo y tierra, y ante el mismo Dios que ha de juzgarnos á todos, de la iniquidad de que es víctima, ignoro con qué fin, este pobre sacerdote.—Jacinto Verdaguer, Pbro. [1].
- ↑ Véase al pie del texto catalán el comentario de El Noticiero.