Bajo aquella triste frente
Que los pesares anublan,
Deben ir y venir torvas visiones,
Negras hijas de la duda.
Ella tiembla..., vacila y se estremece...
¿De miedo acaso, ó de dolor y angustia?
Con expresión de lástima infinita,
No sé qué rezos murmura.
Plegaria acaso santa, acaso impía,
Trémulo el labio á su pesar pronuncia,
Mientras dentro del alma la conciencia
Contra las pasiones lucha.
¡Batalla ruda y terrible
Librada ante la víctima, que muda
Duerme el sueño intranquilo de los tristes
Á quien ha vuelto el rostro la fortuna!
Y él sigue en reposo, y ella,
Que abandona la estancia, entre las brumas
De la noche se pierde, y torna al alba,
Ajado el velo..., en su mirar la angustia.
Carne, tentación, demonio,
¡Oh!, ¿de cuál de vosotros es la culpa?
¡Silencio!... El día soñoliento asoma
Por las lejanas alturas,
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