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ENCUESTA FEMINISTA ARGENTINA

Sr. Miguel J. Font —Presente.

We leído el programa en que inicia Vd. la empresa de funder una sociedad anónima para editar una Revista quincenal fe- minista titulada “La Mujer”.

Solamente por la reiteración de su pedido me decido a opinar sobre este asunto, sin disponer de tiempo material necesario pa- ra meditarlo debidamente y, sobre todo, para organizar y ex- poner mis pensamientos.

No soy “feminista” en el sentido “masculinista”, de que la mujer sustituya al hombre o haga oficios que por su naturale- za son más propiamente de varones. Pero sí, lo soy, si por fe- minista se ha de entender que la mujer tenga los mismos dere- chos y obligaciones que el hombre.

Dentro de la eivilización moral que hemos alcanzado, ereo, efectivamente, que es “Una iniquidad” que la mujer carezca de los derechos civiles que goza cualquier habitante masculino en nuestro país, sea naciona! o extranjero.

Debe tener patrimonio propio en toda su integridad, es de- cir, con pleno derecho de dominio, administración, destino y usufructo de sus bienes.

Hace años que he pedido que debe tener voto en las eleceio- nes comunales, sobre todo en aquellos regímenes electorales que, como el nuestro, anterior a la reforma, dan el derecho de elegir y administrar los fondos municipales a quienes los aportan cn común, para el bienestar del municipio cuyo gobierno no es de carácter político sino de índole administrativa y vecinal. Con la precipitación de los acontecimientos e ideas reformistas, creo ha legado el momento de pensar en darle también derechos activos y pasivos.

Conventido de que los derechos adquiridos paulatina y progresivamente, son los que más se aprecian y los que mejor se usan, y que en materia política más vale retardar discreta- mente una reforma que anticiparse prematuramente a implan- tarla, ereo que, por ahora, debiera darse el derecho político so- lamente a las mujeres mayores de edad, corrientemente alfabe- tas y que no tengan registrados antecedentes oficiales de in- conducta ealificada con eriterio tolerante, pero sexual

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