»¿Y quién no ve que si ella nos extraña,
El territorio entero á la coyunda
Humillará de su arrogante saña,
Y el mar que á Hesperia superior inunda
Suyo será, y el que inferior la baña?
Mutua fe dos ejércitos confunda:
Por mí, aporto á la union de ambos pendones,
Sufridos y valientes corazones.»
Habló Enéas: Evandro larga pieza,
Miéntras hablaba, con afan prolijo
Mírale de los piés á la cabeza,
Y «¡Oh el más valiente de los Teucros!» dijo:
«¡Con qué placer (pues con cabal certeza
Quién eres contemplándote colijo)
Te doy mis brazos! En tu faz, tu acento
Miro á tu ilustre padre, á Anquises siento.
»Yo recuerdo que á Hesíone su hermana
Visitando, y su corte, en Salamina,
Por la Arcadia pasar, de nieves cana,
Príamo quiso. Con su flor divina
Me arrebolaba juventud temprana.
¡Cuánto á la comitiva peregrina
Admiré entónces! Mas Anquises era
Entre nobles figuras la primera.