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DE ORIZABA 243

mela y el Espinal. Así se vio la poblacion como encastillada por los linderos de esas posesiones, cuyos títulos de propiedad eran harto sospechosos por su nunca justificada legitimidad.

Era tal la ambicion de las dos casas rivales, del Valle y Sierra-Nevada, que ni ellas mismas se respetaban en sus propiedades. Ruidosos lites, acaloradas disputas, mediaron entre ellas.

Hasta muchos años después[1] el Pueblo de Orizaba reclamó sus derechos; pero en esta época (1580) en nada se oponia á los que aparecían dueños de estas tierras. La única protesta que el pueblo hacia era los aumentos que de día en día iba recibiendo,

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  1. En un escrito del apoderado de la Marquesa de Sierra-Nevada contra el Conde, leo: Francisco Antonio Rosales en nombre de D.a María Ana Breton Fernandez del Rodal, Marquesa de Sierra-Nevada, viuda del Capipitan de Caballos corazas D. Fernando de Alencasten Noroña, en los autos con el Conde del Valle de Orizava, sobre la posesion que le dió.... de los paraxes de tierra nombrados, Ocotepec, Tesmalaca y el Espinal de que despojó á mi parte de la posesion en que se hallaba quieta y pacífica, etc.” M S. El lector verá mas adelante los manejos del Conde con el pueblo de Orizaba.