Sin que un amo feroz y avaricioso
En mil modos le oprima, y sin que espectros,
Que la supersticion crédula forja,
La paz del sueño y de la noche turben.
Contento de existir él no desea
Ni las alas del ángel, ni la llama
En que arde el serafin; mas se complace
En la dulce ilusion de que su amigo
Su perro fiel será su compañero
Allá en el mismo cielo que se finge.—
Pero tú eres mas sabio.... En tu balanza
Pesa, pues, tu opinion contra la ciencia
Del próvido Hacedor, y señalando
Dó está la imperfeccion, dí que unas veces
Se muestra liberal, otras avaro;
Y para darle perfeccion á su obra
Pon lo que falta, quita lo que sobra.
Destruye á tu placer todos los seres,
O nuevos cria: y en tu orgullo exclama,
„Si el hombre no es feliz, si no es perfecto,
„Y si no es inmortal; si en él no emplea
„Todo su amor y su cuidado el cielo,
„Dios es injusto:” Y arrancando osado
El cetro y la balanza de sus manos,
Sé dios de Dios, y juzga su justicia.
Amigo, vuelve en tí: de nuestro orgullo
Nace todo el error. Nadie en su esfera
Se puede contener; todos aspiran
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